Karen era una chica sencilla, humilde y amorosa la cual se enamoró de un joven muy guapo el que más tarde se convertiría en policía. El corazón de ella estaba muy lejos de esa realidad por lo que no pensaba en ello. Karen vivía una vida algo feliz pero no completamente. Unió su vida a ese hombre que un día se convertiría en policía. Tuvieron su primer hijo el cual era todo para ella. Ella amaba a ese hombre con locura, pero lamentablemente el no sentía el mismo amor.Llego el momento tan indesado para ella cuando su gran amor se fue a la Academia para la preparación como un oficial. Ella lloró amargamente cuando se enterró que su amado esposo no trabajaría cerca del hogar y que apenas lo vería unas 2 ó 3 veces a la semana. Sabía que el se perdería tantos detalles de su familia que le llegaba la tristeza.Karen deseaba que su esposo fuera instalado en un trabajo cerca de su hogar cuando terminara su adiestramiento, pero eso no ocurrió.Karen le reclamó a Dios en ese momento y le interrogaba porque había permitido que lo ubicaran lejos del hogar. Apesar de ello no perdió la fe. Pasaron los años y Karen pasaba sus días sola con su niño y refugiando su vida en Dios. Hasta que un día llamó a una emisora cristiana para pedir oración por el traslado de su esposo. Cuando hicieron la oración obtuvo una respuesta de parte de Dios (a mi tiempo fue la respuesta ). Karen sufría mucho porque no tenía la compañía de su amado en muchos días. Debido a esto comenzaron los problemas. El esposo de Karen comenzó a engañar a Karen hasta el punto que ella pensó en dejarlo. Pero cuando ya ella estaba decidida a soltar los guantes la petición a su oración fue contestada. Seis años más tarde de la palabra dada a Karen le llegó el traslado. Para ese entonces ya habían procreado dos hijos. De repente Karen estaba alegre pero al mismo tiempo no tan alegre. Ella había comenzado a estudiar y se había adaptado a estar sola y verlo sólo 2-3 veces a la semana y a un ritmo de vida totalmente diferente. Entonces ella no sabía ni que decirle a Dios porque entonces su vida tomó un giro de 100 grados. Ya no podía acostarse cuando quisiera. No podía concentrarse en sus estudios y por otro lado se empezaba ahogar con la compañía con el hombre que amo toda su vida pero al cual se había adaptado a no ver tan seguido,ni servirle como esposa durante mucho tiempo.
Los tiempos de Dios son perfectos.Esa mujer no sabía lo feliz que fue durante ese tiempo sola y ahora comprendía que fue más feliz apesar de sus lágrimas de lo que era antes y que tenía que aprender a lidiar y adaptarse nuevamente a su esposo.
Moraleja (Aveces no sabes cual es la verdadera felicidad)
Habacuc 3:18-19
Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas,Y en mis alturas me hace andar.Al jefe de los cantores, sobre mis instrumentos de cuerdas.Filipenses 4:13
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
(Historia real pero con nombre omitido)