miércoles, 2 de marzo de 2016

Paz en la tormenta

En un momento de mucha tristeza ante una perdida, me llegaban éstas palabras.
No es lo mismo ver y que te vean a que se acerquen y te toquen
†Antes lo escuchaba mencionar y veía de lejos y no lo podía entender. Ahora que me ha tocado a mi vivirlo he sentido que no puedo con tanto dolor.
Mi alma se destrozó en pedazos, mi vida tomó otro giro y mi corazón esta herido y sangrando.
Dios mío! Como le digo a mi cuerpo que debe luchar?¿ Como le digo a mi mente que ya no me hiera? Porque ahora solo quedan recuerdos y ella me lastima al recordarme que ya no estará.
¿Como sonrio si mi felicidad se fue al otro lado? Aunque muriendo y en agonias por dentro me derrumbo entre tus brazos amado Dios porque desfallezco.No me sueltes mi Dios, como ser humano quisiera reclamarte más me fortalezco en ti y solo espero entender el para que? Mientras aún permanezco en esta tristeza, Como explicarle al corazón que la vida continua cuando he perdido las fuerzas y siento morir por dentro? Oh Dios!! Como le explico a mi corazón que estará un tiempo herido hasta que tú lo sanes? †

En la vida aveces nos toca enfrentar situaciones que al parecer nos arrancan el alma. Son tan fuertes que sopla el viento y quedamos sin piel. Más si le entregamos todo a Jesús desde el dolor más intenso hasta un simple dolor de cabeza recibiremos su sanidad. No solo la sanidad del cuerpo también la del alma.
Salmo 121:1-2 Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro?Mi socorro viene de Jehová,Que hizo los cielos y la tierra.

Como mentes humanas no siempre entendemos los procesos y aveces no los aceptamos, solo por medio de él Espíritu Santo podemos recibir ese consuelo y paz que necesitamos para sobrevivir. He perdido seres amados y es sentir que te arrancan un pedazo de tu corazón.La vida continua pero de otra manera. En Cristo Jesús tengo la garantía de volver a verles y recibir paz y sanidad interior.

Si haz perdido a alguien y crees que la prueba te ha arrancado los huesos, te invito a acercarte más a Jesús y creer en sus promesas y él te consolará.
Dios te bendiga y recibe un fuerte abrazo que Dios te visite por medio del consoldador y recibas paz