viernes, 18 de marzo de 2016

La palabra de Dios vivífica

La palabra de Dios es vida. En ella encontramos unas riquezas que muchos no valoran y otros no tienen el privilegio de poder recibirla porque diariamente mueren a causa del evangelio. Una vez escuchaba una predica y algo que sigue impactando mi vida es que en cierto país creo que en Moscú. Los cristianos esperaban ansiosamente unos cargamentos con biblias. Esto era de forma secreta y ellos al recibirla comenzaron a arrancar hoja por hoja ;para que todos pudieran recibir al menos una página de la poderosa palabra de Dios. Yo me imagino el gozo de ellos y como Dios se glorificó en todo el asunto.
Pero mi alma gime al saber que muchos de nosotros tenemos libertad de tenerla y ni la escudriñamos. En la red uno lee cápsulas de la palabra hermosa de Dios.Pero en mi experiencia personal , nada como sentarte a leer la biblia  saborearla, digerirla y ponerla en práctica. Muchos se quedan en cápsulas y no profundizan la palabra de Dios. Solo marcan en ella los versículos que a ellos les parece. Lo triste que también la interpretan sin dirección del Espíritu Santo que es él único que nos fue dejado en la tierra para consolarnos y darnos esa capacidad de entenderla.Porque maestros buenos y dirigidos por Dios también tenemos entre nosotros. Pero donde esta nuestra calidad de tiempo y entrega al Señor?
SEAMOS OIDORES Y HACEDORES DE LA PALABRA. NO OIDORES OLVIDADIZOS.

Santiago 1:22-24
Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos.
23Porque si alguno oye la palabra, y no la pone por obra, este tal es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.
24 Porque él se consideró á sí mismo, y se fué, y luego se olvidó qué tal era.

En un mundo ajetreado en el que vivimos la inmensa mayoría de las personas como buenos creyentes debemos aprender a dividir el tiempo. Demos a Dios lo que es de Dios y al César lo del César.

Eclesiastés 3:1
Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.

Dios te bendiga